sábado, 18 de febrero de 2012

91 – LLEGAR.



Hoy he nacido de esta hermosa mujer joven

a la que siempre llamaré madre.

Otras caras me sonríen mientras tomo aliento

y mis pulmones se acostumbran a este extraño mundo

al que acabo de llegar desde las brumas del eterno viaje.

Me miran rostros nuevos, mi abuela y mi abuelo,

mis primos en cuyos ojos se refleja parte de mí,

mi padre, joven, algo confuso y amedrentado

por mi presencia, aturdido y feliz sin embargo.

De la oscuridad a la luz

el sol entra por la ventana

y todos los que están a mi alrededor

hablan y lloran casi en silencio,

algunos a mitad del recorrido

otros subiéndose a la vida,

casi como yo, que me oculto entre los brazos de mi madre.

A los que habéis venido a recibirme,

desde mi mirada aún casi ciega os saludo

aquí estoy ahora, desnudo por dentro y por fuera

desnudo al nacer, como será al morir,

soñando con una nueva música que pudiera haber conocido

en una existencia anterior, pero no recuerdo, no lo sé.

El tiempo de mi vida comienza a pasar, lento y suave

como las hojas que se mueven afuera

lanzando destellos de luz que corretean juguetones

por mi nueva cara solicitada por todos.

Permanecéis brevemente a mi lado hasta desaparecer

en la tiniebla confortable de mis ojos somnolientos

y duermo junto a mi madre

que guarda mis manos entre las suyas.

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