sábado, 18 de febrero de 2012

94 – APOCALYPSE NOW.



Me despierto temprano como tantas veces. Escucho las noticias en la cama con mi vieja radio de pilas. Tormentas de nieve por el centro del país con el consiguiente caos en los aeropuertos, las demoras en los vuelos, las largas colas de la espera salpicadas por las entrevistas de las televisiones locales a las que les encanta este tipo de reportajes. No podría ser de otra forma, estamos en Diciembre, pronto tendremos de nuevo las navidades.

A las cinco de la mañana las noticias rebosan de optimismo, los artífices y propagadores del caos ya predicen un nuevo año en el que la economía mundial irá a peor, el euro en Europa dará sus últimas bocanadas dejando a los países más divididos que nunca y la recesión o como poco la atonía mundial se instalará como un okupa mugriento y no deseado.

Por si fuera poco dos mil doce es el año en el que acabará el mundo. Sí, otra vez. Últimamente el planeta no deja de destruirse incluso con fecha y hora fija aunque luego, pasado el límite del caos nada ocurra y los oráculos queden en entredicho sin que ello afecte a pitonisas y sacerdotes, a seguidores de esta moderna alectomancia que sigue manipulando el miedo y el crujir de dientes del pobre ciudadano al que ya le quedan pocos apoyos morales en los que cobijarse y prefiere disiparse en los regalos y floripondios de estos días del solsticio de invierno.

Y hasta la NASA, sorprendentemente, emite un comunicado saliendo al paso de la noticia catastrófica desmintiendo que el fin del mundo vaya a llegar en el dos mil doce…pero…¿Qué le hace a una supuesta organización tan serie como la NASA perder el tiempo en los calendarios Mayas, las debacles basadas en la cartomancia, el ocultismo, la nigromancia, o la lectura de los posos del café?

Antes, en nuestra juventud, esto del fin del mundo era mucho más divertido y serio, no ocurría así ¡zas! por las buenas, había como en toda obra que se precie una exposición, un nudo y un desenlace: aerolitos enormes, plagas letales, gozillas de aliento atómico pero muy cortitos de luces. Luego apareció toda la variedad de marcianos, venusianos, seres verdes, azules, de ojos rasgados portadores de pistolas de plástico que te dejaban seco con sus rayos deletéreos. Y el monstruo malo enamorado de la chica trataba de raptarla mientras que los tanques y los cañones les hacían solamente cosquillas protegidos como estaban por sus poderosas conchas o sus escudos invisibles de tecnología punta.

Pero si queremos ser serios deberemos acudir a la base histórica y bucear en la Biblia. Ahí encontraremos a “Armagedón”. Eso ya son palabras mayores.

Me quedo, como siempre, dormido con la radio puesta, un breve sueñecito y me levantaré a preparar café. No parece que de momento vaya a dejar de amanecer.

1 comentario:

  1. Cuánta fe teníamos en las noticias. Ahora son un espectáculo más. Antes, al menos, creíamos que no lo eran. Pero, cualquiera sabe. Bueno, ahora, lo sabemos con certeza.

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